jueves, 8 de mayo de 2008

En qué consiste elegir (3 de 4).

Más sobre la elección. ¿Cómo elegir sin cortar? Aunque realmente, no podemos cortar, lo excluido regresa y nos acompaña. Entonces ¿qué es elegir, si no es tomar un camino en vez de otro? No lo es porque cuando tomamos un camino en vez de otro, ese otro insiste a nuestro lado, nos sigue acompañando con su realidad específica, como “el que no tomaste”. Elegir es entonces otra cosa. ¿Ser elegido? Ya veremos. Elegir no es tomar éste en vez de este otro camino, por que los caminos posibles se acompañan los unos a los otros. Se acompañan, no se funden, se siguen unos a otros, paralelos pero sin tocarse. Elegir entonces puede ser más bien afirmar el límite que separa a los posibles poniéndolos en relación. Para eso es necesario reconocer nuestra pluralidad, lo cual no es nada fácil. Esta mañana hemos oído en la radio una frase. Dejemos que haga su efecto: el hombre no vive sólo una vida, vive muchas y eso es la razón de su desgracia (Chateaubriand, en un libro de Paul Auster, el libro de las ilusiones o algo así). Advertir que nuestra vida no es solo una, sino que vivimos muchas vidas. Afirmar eso es difícil porque estamos constituidos por muchos cortes que hacen de “nuestra vida” sólo un camino y no los otros. Hacen de nuestra vida un camino definido por su negación de los otros, por la elección como corte. Obtiene determinación mediante negaciones. Soy esto porque no soy lo otro. Sin embargo esto y lo otro comunican, se afectan por su diferencia, y esa afección nos constituye. Para mucha gente, por ejemplo, acaba siendo más importante lo que no ha vivido que lo que ha vivido. ¿Cómo puede eso ser posible, si al elegir un camino el otro”desaparece” al ser negado? Es que no desaparece, insiste en ese camino que llamamos nuestra vida, sin confundirse con él. Este camino y el otro se componen en una realidad que tal vez nos cuesta aceptar. Tú también eres ese otro que no quieres ser. Si predomina la exclusión, cuando te encuentras con otro que es como tú (como ese que tú no quieres ser) lo rechazas porque rechazas a ese otro que eres tú.

Elegir es no sólo tomar este camino y no el otro sino también afirmar la diferencia que los mantiene comunicados, afectándose mutuamente. Elegir (sin cortar) es dibujar, inventar, crear una línea que pone en comunicación los caminos posibles, haciendo que reverberen, resuenen, que se afecten los unos a los otros. Es producir conexiones, propiciar acontecimientos. Tal vez escribiendo pequeños textos que sean como esas líneas que separan, es decir, descubren y afirman la pluralidad de esa vida unificada a partir de oposiciones, mostrando que lo otro vuelve, que no se va, que acompaña, como un gemelo. Y desde ahí, seguir las líneas, adentrarse en ellas.

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