Tiempo después de haber leído algunos cuentos de García Calvo, nace esta nota:
Rememorar no es traer a la memoria el recuerdo de las cosas perdidas. Es más bien el retornar de las cosas que nunca se fueron. Pasaron, pero nunca dejan de pasar. Nunca se han ido y al calor de las palabras vuelven a su modo singular. No como objeto de la voluntad, no como algo con lo que uno puede hacer o deshacer. Más bien son ellas las que hacen en uno lo que no se sabe, lo no previsible ni anticipable. Las palabras de unos versos o de un cuento, los andares silenciosos por sendas y por caminos, las rememoranzas, las invitan, y cuando llegan algo ocurre, o mejor, algo va ocurriendo...Uno sueña, imagina, se alegra, se entristece, escucha, descubre, lamenta, decide, asume...
Rememorar no es traer a la memoria el recuerdo de las cosas perdidas. Es más bien el retornar de las cosas que nunca se fueron. Pasaron, pero nunca dejan de pasar. Nunca se han ido y al calor de las palabras vuelven a su modo singular. No como objeto de la voluntad, no como algo con lo que uno puede hacer o deshacer. Más bien son ellas las que hacen en uno lo que no se sabe, lo no previsible ni anticipable. Las palabras de unos versos o de un cuento, los andares silenciosos por sendas y por caminos, las rememoranzas, las invitan, y cuando llegan algo ocurre, o mejor, algo va ocurriendo...Uno sueña, imagina, se alegra, se entristece, escucha, descubre, lamenta, decide, asume...
No hay comentarios:
Publicar un comentario